El pleno del Consejo de Patrimonio Cultural ha acordado iniciar los trámites de inclusión de tres castros identificados recientemente dentro del Inventario del Patrimonio Cultural.
El primero de ellos es el castro localizado en L’Atalaya, en Soto del Barco. El yacimiento está emplazado en una amplia loma de superficie amesetada y cuenta con dos estructuras anulares concéntricas y de planta ovalada, en claro contraste con el resto de las morfologías agrarias circundantes. Cuenta, además, con taludes de tierra de cierta envergadura, con fosos colmatados a sus pies.
El segundo castro es el localizado en El Cueto Tablao, en Villa de Vildas (Somiedo). Ocupa un pequeño cerro cónico sobre la margen izquierda del río Pigüeña, en la base de la ladera que desciende de la sierra de Cereizales. En este yacimiento se ha encontrado un foso natural sobre el que se levanta un talud vertical que cubre todo su frente, con una altura de cuatro a cinco metros, y se prolonga de forma arqueada por el costado sur del cerro hasta alcanzar una longitud de unos 150 metros. Este talud remata todo su recorrido en una explanada de cuatro a seis metros de ancho que debió acoger la principal zona de hábitat. Por encima, se define una nueva plataforma con un curso paralelo y tras la que el cerro culmina, metros más arriba, en una cumbre redondeada hoy ocupada por arbolado. A lo largo de la ladera, parece que ambas terrazas estaban unidas por una rampa oblicua.
El tercer castro se encuentra en la aldea de Castiellu, en Villardeveyo (Llanera). Se sitúa en una loma redondeada que domina el entorno circundante. Un cambio de nivel rodea en corona la zona culminante del cerro. Ese escalón representa un talud de casi dos metros de altura con un rellano que puede atribuirse a un foso colmatado. En la ladera oriental, fuera de la parcela nuclear, se distingue un talud relacionado con el castro, que completa el sistema defensivo. El recinto muestra una forma ovalada de superficie ligeramente abombada.