Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si acepta o continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información AQUÍ

La Estrategia Asturiana de Acción por el Clima sentará las bases para alcanzar la neutralidad climática

El vicepresidente y consejero de Administración Autonómica, Medio Ambiente y Cambio Climático, Juan Cofiño, ha señalado que la Estrategia Asturiana de Acción por el Clima sentará las bases para alcanzar la neutralidad climática en 2050, “con medidas de transición energética justa, de rehabilitación de edificios, de movilidad sostenible o de economía circular, entre otras”.

Este documento, en el que trabaja su departamento y que será aprobado en 2022, también establecerá un modelo de gobernanza “que garantice la participación y colaboración de todos los agentes públicos y privados concernidos”.

Cofiño ha asegurado que el Gobierno de Asturias otorga prioridad a las políticas frente al cambio climático. Y las sitúa “en el centro del mapa de estrategias, junto con la transformación digital”. Durante su comparecencia, ha subrayado que las iniciativas que está desarrollando el Principado, “más allá de la aprobación de la declaración de la situación de emergencia climática acordada la semana pasada, van encaminadas a asumir objetivos ambiciosos en materia de mitigación y adaptación al cambio climático, a través del desarrollo de la Estrategia Asturiana de Acción por el Clima”.

Además de contribuir a los objetivos europeos y nacionales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la estrategia que elabora la Viceconsejería de Medio Ambiente, “será la respuesta integrada para una transición ecológica justa e inclusiva de todos los sectores que contribuyen al cambio climático, con la planificación de medidas que mejoren la resiliencia regional”, ha señalado el vicepresidente.

“El cambio climático global es una realidad cuyos efectos, perceptibles ya en nuestro entorno más cercano, suponen uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la humanidad. La amenaza es de tal magnitud que incluso alcanza a comprometer nuestra propia supervivencia como especie a medio y largo plazo”, ha concluido.