La consejera de Cultura, Política Llingüística y Turismo, Berta Piñán, ha anunciado la intención de financiar la rehabilitación y reconstrucción de las cubiertas del monasterio de Santa María de Villanueva de Oscos con fondos europeos. En concreto, con una partida del Plan de Recuperación y Resiliencia prevista para actuaciones de conservación, restauración y puesta en valor de Bienes de Interés Cultural (BIC), según ha explicado.
Tras una visita realizada en compañía del alcalde de Villanueva, Abel Lastra, y del director general de Cultura y Patrimonio, Pablo León, la consejera ha señalado que la inversión estará acorde con las necesidades planteadas por los estudios contratados por el Ayuntamiento de Villanueva de Oscos, que prevén un coste de 791.564 euros.
La memoria técnica, realizada por el arquitecto Víctor Vecino, propone una actuación que conserva el volumen original y reconstruye la cubierta conforme a las peculiaridades específicas de los distintos ámbitos del complejo. También analiza la situación actual de la techumbre del complejo monástico, que presenta zonas con distinto grado de necesidad de intervención, incluida alguna ya derrumbada.
Bien de Interés Cultural desde 1991
Piñán ha recordado que el monasterio fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1991, tras la primera gran restauración acometida en el edificio monacal por el Gobierno de Asturias. No obstante, la Consejería de Cultura había realizado desde su creación diversas actuaciones en el monasterio de Villanueva de Oscos.
Entre 1987 y 1988 se llevó a cabo una primera actuación de consolidación de estructuras, que tuvo su continuidad en el año 2000 con la reparación de la cubierta de la iglesia y su saneamiento. Durante esa década, el Gobierno de Asturias destinó más de 120.000 euros a la restauración de diversos retablos de la iglesia del monasterio, como el de San Juan Bautista, el del Cristo de la Columna o el retablo mayor. También se llevó a cabo la reconstrucción de la saetera del ábside del templo.
En 2015 se realizó la demolición de la techumbre en la zona de la mitad del monasterio, se limpió la vegetación y los escombros existentes y se consolidó la cabeza de los muros. En 2016, la Consejería de Cultura promovió una serie de trabajos de cara a fijar la evolución constructiva del edificio para planificar futuras intervenciones de reconstrucción. Durante estas labores pudo documentarse la existencia de una obra de alcantarillado del siglo XVII.
En 2017, el Gobierno de Asturias acordó la concesión de uso y aprovechamiento del monasterio al Ayuntamiento de Villanueva de Oscos por un período de 10 años, renovable automáticamente por períodos de un año, con el fin de favorecer la conservación y gestión del equipamiento, y potenciar la oferta turística de esta zona del suroccidente. Progresivamente, y hasta el 2009, el Principado se fue haciendo con la propiedad de la mayor parte del Monasterio.
Una arquitectura singular
El monasterio de Villanueva de Oscos es, junto al de Santa María de Valdediós, uno de los dos conventos históricos de la orden cisterciense en Asturias. Fundado en el siglo XII con el apoyo del rey Alfonso VII, de su periodo medieval subsiste una iglesia de grandes proporciones, mientras el claustro se corresponde con una reedificación sobria y funcional, llevada a cabo a partir del siglo XVI y culminada en el XVIII.
La iglesia monacal es de planta basílical con tres naves (la central con tribuna a los pies, más alta y elevada) y cabecera tripartita con el ábside central semicircular y planos laterales, siguiendo patrones utilizados y difundidos en otros templos del cister de Galicia, Castilla y Navarra.
El edificio del monasterio, en torno a un patio central, se adapta a las irregularidades del terreno, siguiendo en su trazado la estética barroca de los grandes monasterios gallegos del siglo XVII. En los muros se abren numerosos vanos adintelados de factura barroca, entre cuyos elementos decorativos destacan la gran portada barroca y la hermosa espadaña rematada en bolas. La fábrica del conjunto monástico está realizada a base de mampostería pizarrosa típica de la zona para los muros usando lajas de pizarra para la cubierta.
Después de las sucesivas remodelaciones se observa en el proyecto de acabado del monasterio una ejecución cuidada con fachadas rítmicas y ordenadas, horizontalmente reticuladas mediante impostas que marcan la separación de pisos. Los recursos estéticos son perceptibles en el juego cromático creado al usar dos tipos de piedra, en los detalles de fina labra de la espadaña, en el enmarque de vanos del patio y en la composición de la portada oeste, cuyo arco está franqueado por dos pilastras que soportan un entablamento sobre el que se sitúa un balcón ceñido por los dos escudos de España y de la Orden.